viernes, 27 de septiembre de 2013

DE CINE: HAPPINESS (TODD SOLONDZ, 1998)




Año: 1998
País: USA
Duración: 139 min
Director: Todd Solondz
Ficha completa AQUÍ

ARGUMENTO
Irónica, crítica e inmisericorde comedia sobre los miembros de una familia de un suburbio de New Jersey. Un matrimonio a punto de divorciarse, tres hermanas y sus maridos, novios y amantes ocasionales. Tras una aparente normalidad, todos los personajes ocultan algún secreto y alguna que otra perversidad.
COMENTARIO
Hoy volveré a salir de la temática habitual del blog comentando “Happiness”, film independiente que supuso el tercer largo del director Todd Solondz. No se trata de nada que tenga que ver con el terror, gore o ciencia ficción, pero al fin y al cabo creo que merece un análisis en mi humilde espacio, ahora entenderéis por qué.
Happiness es un drama con toques muy sutiles de comedia negra y ácida, con una fortísima crítica al “american way of life” en general y una visión de los sucios recovecos de la mente humana en particular. Se supone que la peli habla de la felicidad, aunque Solondz nos deja entender que los personajes que pululan por ella dependen de la satisfacción sexual para conseguirla.


Así pues tenemos una serie de historias entrecruzadas, principalmente sobre una gran familia aparentemente perfecta y algunas personas que orbitan a su alrededor, donde todos y cada uno, debajo de su supuesta dicha, esconden multitud de secretos oscuros, parafilias y demás movidas.
Para el recuerdo son algunos roles como el del sádico acosador telefónico que pega con su semen notas a las paredes con información de sus víctimas; la escritora que fantasea morbosamente con ser secuestrada y violada; la frígida que no soporta el contacto con los hombres; el chavalito pre adolescente obsesionado con llegar a eyacular o el padre de familia, psiquiatra de profesión, que tiene sueños de asesino de masas además de masturbarse encontrando excitación en revistas de moda infantiles.


Lo que Solondz nos plantea es un escrutinio muy de cerca de una familia americana de clase media cualquiera, en el punto donde sus vidas comienzan a quebrarse y la posibilidad de regeneración cada vez se antoja más lejana. Una cínica y ácida reflexión a la hipocresía, la infelicidad y la ignorancia de la sociedad norteamericana.
La mayor parte de los personajes hace gala de una doble moral, como casi todos nosotros en mayor o menor medida, y los restantes llevan una doble vida oculta de la que nadie, en un principio, podría llegar a sospechar lo más mínimo.
Happiness puede cruzar y transgredir la línea que separa la comedia del drama fácilmente, pero de forma que eres tú el que decide qué te resulta gracioso y qué no. Me explico, hay momentos dramáticos en los que se me ha escapado alguna carcajada, y sin embargo en algunas situaciones más cómicas me he quedado helado, horrorizado y sin saber de qué forma digerir  lo que veía.


Aunque la calificación sea para mayores de 18 años, lo cierto es que no es para todas las personas mayores de edad. Un absoluto catálogo de infidelidades, paranoia, sadismo, masoquismo, pedofilia, asesinatos o violaciones que son como puñaladas en el costado. Puñaladas porque sabemos que son seres humanos que te puedes encontrar en cada esquina,en cada barrio, ciudad y país. Seres humanos verdaderos.

NOTA: 8,5/10

miércoles, 18 de septiembre de 2013

DE CINE: BLOOD DOLLS, LA VENGANZA DE LOS MUÑECOS





Año: 1999
País: USA
Duración: 84 min
Director: Charles Band
Ficha completa AQUÍ


ARGUMENTO
Virgil es un excentrico multimillionario que esconde un terrible secreto. Su priviliegiado cerebro le ha permitido crear unos muñecos con vida propia dispuestos a cumplir las órdenes de su amo. A través de ellos, Virgil planea vengarse de aquellos que le traicionaron. Y la venganza será sangrienta...


COMENTARIO
Hace un par de días, en uno de los pocos ratos libres de los que dispongo, me dí una vuelta por el centro de Barcelona para ejercitar uno de mis mayores hobbies: buscar pelis de segunda mano en tiendas especializadas. Que si, que no es un hobbie precisamente emocionante, estoy de acuerdo, pero… soy así de raro, qué vamos a hacerle.
En esta ocasión contaba con la compañía de mi buen amigo Dani Krudo, bajista de empanadilla de pus y coautor de “La configuración del Lamento”, nuestro humilde fanzine con el que intentamos vomitar nuestras opiniones al mundo. Entre todo el material disponible en las estanterías, una remesa nos llamó poderosamente la atención; estoy hablando, cómo no, de Blood Dolls, película de apariencia infame que tenía en la etiqueta de la portada una pista de su dudosa calidad: 2 míseros euros.
En vista de que había gran cantidad de copias disponibles, Dani y yo agarramos una cada uno mientras nos mirábamos con expresión de ¿Realmente, a nuestra edad, somos capaces de seguir comprando esta mierda? Pues claro que sí, joder, y encima orgullosos.
Blood Dolls supone la enésima incursión de Charles Band y su querida productora Full Moon en el cine de muñecos asesinos, despiadados, diabólicos, cabrones… podéis llamarlo como queráis. Así que ahora a la saga Puppet Master, Demonic Toys o Doll Graveyard (no olvidemos tampoco a “La galleta asesina”) se suman otros “simpáticos” títeres que tienen como misión cargarse al personal.
Así pues tenemos un argumento a priori sencillito que termina diluído como un azucarillo en el café, tratando de enrevesar la trama innecesariamente. Se trata de Virgil, un multimillonario que está bastante zumbado y se dedica a crear unos muñecos que emprendan por él una venganza. Hasta ahí… psé, nada nuevo pero nada malo.
El problema viene al ver que la peli se intenta sostener en el más absoluto de los absurdos y evidentemente no lo consigue. Por un lado tenemos al mayordomo de Virgil, un tío permanentemente pintado como un puto payaso de rodeo; por otro también aparece Phil Fondacaro, enanillo habitual en los productos de Charles band ya desde la mítica Empire. Fondacaro además aparece con un parche en el ojo, para acrecentar el “malrollismo”, y su única función en la película parece ser el dar descargas eléctricas a las chicas que componen la banda de rock particular de Virgil, que viven encerradas en una jaula y se dedican a tocar temas al antojo del excéntrico millonario.
¿Os enteráis de algo? Pues yo tampoco. A nivel de efectos especiales, aun sabiendo que se trata de la Full Moon, también se encuentran carencias por todos lados. El movimiento de los muñecos, ni ordenador, stop motion ni hostias, un titiritero con la mano metida por debajo intentando que parezca que tienen vida… de todos los productos de Charles Band, los peores con diferencia. No me jodas, si a su lado “La galleta asesina” podría ganar un Saturn Award!!
También el amigo Virgil es digno de mención, siempre va con una máscara ocultando su rostro y cuando por fin se la quita, descubrimos que lo que hay debajo es una “minicabeza” bastante chunga que además cambia de tamaño considerablemente según el plano.
Curiosamente, la fotografía y exteriores son cojonudos y me han sorprendido. Las mansiones e interiores que aparecen, los colores… se me antojan de una calidad buenísima en comparación con la puta mierda de argumento, FX y actuaciones.
Conclusión: Aburrida y difusa. Argumento inconexo, demasiado diálogo filosófico y los muñecos en un segundo plano, son prácticamente anecdóticos. Para fans del subgénero MUY curtidos y poquito más.
NOTA: 1/10