Año: 1997
País: USA
Duración: 90 min
Director: Robert Kurtzman
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ARGUMENTO
Hace tiempo, cuando Dios creó los cielos y la Tierra, también creó un lugar lleno de criaturas demoníacas a las que llamó Djinn. Ahora, los Djinn han logrado escapar de sus confines en respuesta a los deseos de un humano. Torciendo sus sueños horrorosamente, el líder de los Djinn deja un sendero de sangre y asesinato mientras espera su oportunidad de entrar en nuestro mundo... una oportunidad que sólo llegará si quien los ha liberado utiliza sus tres deseos.
COMENTARIO
Pues a mí Wishmaster me mola un montón. Qué queréis que os diga, estoy harto de oír críticas sin fundamento y ataques hacia una peli que si hubiera sido de los ‘80s sería considerada toda una obra de culto e iniciadora de una saga imprescindible para los amantes del terror. Pero como es de los 90 todo cristo la vapulea sin piedad, sobre todos los sibaritas y gafapastas que tanto entienden de cine y se esconden tras seudónimos absurdos en webs como filmaffinity y que, a mi juicio, no distinguirían una silla de un cipote. Así que, queridos gafapasters, tened cuidado de donde os sentáis, no vaya a ser que os dilaten el asterisco.
Yo fuí uno de esos que conocieron cantidad de pelis en Canal +, cuando era pequeño era lo más parecido a internet que podía soñar; todo tipo de cine que no podía ver en ninguna otra parte y encima varios pases de cada film, era casi como tener una barra libre de videoclub. Muchos recordaréis la revista mensual que mandaban a nuestros hogares, ahí es donde descubrí la existencia de Wishmaster. La publicitaban como un gran evento para los fans del cine de terror, ganadora de varios premios del prestigioso festival de Sitges. Con 12 años yo no tenía ni puta idea de qué carajo era eso del festival de Sitges ni donde se encontraba la ciudad, aquello me sonaba a chino, pero si se había llevado un premio, según mi lógica prepúber, es que mala no tenía que ser. Además leí que aparecían en ella rostros tan conocidos en el género como Robert Englund o Tony Todd, y aquello me bastó para juntar unas cuantas monedas de cien pesetillas que tenía ahorradas y comprar para la ocasión una cinta Basf.
Dichosa cinta que aún conservo en casa de mis padres, en la que grabé la peli de marras la noche del estreno en Canal +, y para no variar, la ví una barbaridad de veces en su momento, como hacía con casi todas las películas que me molaban. Con el objeto de analizarla, hace unos días he podido brindarle un revisionado después de unos cuantos años de tenerla olvidada, y he descubierto que Wishmaster es una gran película que me gusta tanto ahora como cuando estaba en primero de ESO.
Para la ocasión, Wes Craven adoptó el rol de productor, después del exitazo de Scream, comenzando una saga que despliega un terror más adulto. El argumento trata de un señor de los deseos, o como lo denominan aquí un “Djinn”, que es encerrado en una especie de gema por un alquimista en pleno imperio babilónico antes de liarla parda y que el infierno se desencadene en nuestro mundo. Ya en nuestra época actual, la gema llega hasta los USA escondida dentro de una estatua que ha comprado un coleccionista llamado Raymond Beaumont, que no es otro que el gran Robert Englund sin cuchillas ni quemaduras en el jeto.
Por una mala maniobra del operario de la grúa, que cultivaba la afición de beber en horas de trabajo, acaba dándole una hostia a la caja que contiene la estatua y la gema, con el Djinn dentro, es encontrada y vendida. Hay que joderse con el gruísta y su puta manía de ponerse croqueta, que casi nos condena a todos a un infierno seguro.
El señor de los deseos se dedicará todo el metraje a intentar encontrar a la persona que lo liberó de la joya para concederle tres deseos, poniendo como pago el alma inmortal del interfecto y así traer el mal a nuestro plano existencial. Por el camino se cruzará con todo tipo de seres peculiares, a los que ofrecerá sus servicios de genio, y que demuestran ser extremadamente gilipollas al formular en voz alta los deseos que se le vengan primeramente a la cabeza.
Detrás de todo este contexto histórico, Wishmaster no deja de ser un slasher, más adulto que scream como comentaba anteriormente, y más serio que Pesadilla en elm street y todo lo que se había convertido la franquicia por aquel entonces. Acusa influencias de Hellraiser, innegable, y le encuentro también cierto parecido con otra gran saga noventera, Candyman - delicioso el cameo de Tony Todd como vigilante de seguridad - aunque es un film que se aguanta por sí mismo. Además tengo la sensación de que con éste señor de los deseos, Craven desató la imaginación y probó con él todo tipo de cosas que no había hecho con Freddy, la resolución de los deseos en la mayoría de los casos es bastante currada y original.
El Djinn está interpretado magistralmente por Andrew Divoff, el amo absoluto de las sonrisas hijoputescas, que se sale en su papel. No penséis que es un calco de Krueger, pues estaréis muy errados, encierra por sí mismo un carisma suficiente para no tener que compararlo con nadie.
A las apariciones estelares hay que sumarle un pequeño papel interpretado por Ted Raimi (si, amigos, el hermanito de Sam) y a Reggie Bannister (el calvo con melena de Phantasma) dando vida a un farmacéutico que muere de una de las peores formas posibles.
Donde la peli hace aguas es en el apartado técnico, concretamente en los efectos especiales. No sé si por carencias de presupuesto, pero para datar del ‘97 lo cierto es que hay algunas secuencias que se antojan algo cutres, o más bien podríamos decir que han envejecido mal. En contrapartida, el apartado del maquillaje es sobresaliente, Divoff en su versión genio cabrón está de muerte. Se nota que Gregory Nicotero andaba por ahí dando vueltas.
Si valoramos todos los pros, tenemos una historia bien narrada, con muertes histriónicas y mucho gore, que tal vez no pasará a los anales del género pero no merece estar tan olvidada como está. De las secuelas ya hablaremos en el futuro, mientras tanto ir degustando ésta pieza de buen terror de los ‘90.
NOTA: 8/10
Tienes toda la razón. Si esta peli fuera de los 80 sería toda una obra de culto. Pero te digo otra cosa, a mi la saga Wishmaster me gusta. Esta primera tiene unos F/X muy chulos, y Andrew Divoff hace una interpretación muy divertida del Djinn.
ResponderEliminarUn saludo, amigo!!!
A mi personalmente me gustó bastante,hasta el punto de que,en un arrebato,me compré toda la tetralogía en DVD.
ResponderEliminarEsta primera está a años luz de las demás.La batalla final de la 2ª en el casino tiene un pase.Las otras dos son de risa.
Yo creo que como entretenimiento de serie B está bastante bien,y como dice Raúl en el anterior comentario Divoff encaja perfectamente en el papel de Nathaniel/Djinn.Además se agradecen los cameos de esos tres mitos del terror ochentero.
¡¡Saludos!!
A mí la saga también me gusta, sobre todo las dos primeras. Y como recalco en el análisis, maravilloso Divoff en su papel de Djinn. Gracias por los comentarios peña!
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