domingo, 21 de abril de 2013

DE CINE: ENEMIGO MÍO (ENEMY MINE, 1985)



Año: 1985
País: USA

Duración: 108 min
Director: Wolfgang Petersen
Ficha completa AQUÍ

ARGUMENTO
Enemigos por instinto, amigos por necesidad, un humano y un alienígena con aspecto de reptil libran en un planeta hostil una dura batalla, parte de la salvaje guerra que enfrenta a la tierra con el planeta Dracon, habitado por seres monstruosos. Esta guerra alcanza una dimensión que puede poner en peligro la supervivencia de ambos planetas y puede conducir al exterminio total, pero sólo forzados a confiar el uno en el otro conseguirán sobrevivir.

COMENTARIO
Con un café caliente y un porrito en la mano me dispongo a ofrecer mi humilde impresión sobre “Enemigo mío”, maravillosa película, tristemente olvidada y perdida que merece un sitio de honor en la filmoteca de todos los aficionados a la ciencia ficción. Mucho hay que comentar aquí, así que poneos cómodos... vamos allá!
Supongo que más de uno de vosotros habrá visto “Infierno en el pacífico” (John Boorman, 1968) un film basado en una historia de Reuben Bercovitch que tenía lugar en una isla desierta en medio del océano pacífico, donde dos personas rivales que se odiaban a muerte se veían forzadas a convivir en pro de la autoconservación. No estoy muy seguro si “Enemigo mío” se trata de un remake de la obra de Boorman, aunque acusa similitudes que pueden inducir a creer que por ahí van los tiros.
Nuevamente, debo el placer de haber conocido esta película a mi padre, gran aficionado a la ciencia ficción y el terror, al que le encantaba compartir conmigo todos los films que creía pudieran aportarme algo útil además de entretenerme. Y lo cierto es que con “Enemigo mío” dio en el clavo, pues siendo un crío me impactó notablemente la moraleja que destila este film.

Nos colocaremos en un futuro impreciso, en el que el ser humano se ha extendido por toda la galaxia y ha colonizado todos los mundos que ha encontrado en su camino. El problema es que hay otra raza, una especie de hombres reptil conocidos como Dracs, que siguen el mismo patrón de exploración que nuestra civilización, lo que hace que ambas “especies” entren en un continuo conflicto donde parece que el mutuo odio es lo único que los mueve.
Un día, en mitad de una batalla espacial, el piloto Willis Davidge (Dennis Quaid) abate la nave de un drac, y al mismo tiempo es alcanzado por el fuego cruzado, precipitándose a un abandonado planeta y sufriendo un aparatoso accidente. Ya en tierra, Davidge irá en busca del drac (interpretado por Louis Gossett Jr.) con el propósito de eliminarlo, aunque por azares del destino se verán obligados a convivir en aquel mundo desolado mientras esperan un rescate que no acaba de llegar.

Asistiremos a como los dos individuos se dan cuenta de que tienen que aprender a tolerarse y respetarse, dejando a un lado prejuicios y diferencias, si de verdad quieren salir con vida de aquel sitio. Las ansias homicidas van dejando paso a la amistad, y descubren que realmente han sido criados y educados bajo un odio irracional, puesto que los dos son seres vivos con sentimientos y emociones.
El rodaje de este film trajo consigo gran cantidad de dificultades y problemas, ya que Richard Loncraine, el director original, fue despedido cuando llevaba gastados aproximadamente 10 millones de dólares, por considerar que lo que estaba haciendo no respetaba el espíritu del guión. Para suplir la baja los productores centraron su vista en Wolfgang Petersen, quien había sorprendido al mundo entero un año antes con la acojonante “Historia Interminable”, y lo que en un principio iba a ser una película de 17 o 18 millones de dólares terminó costando cerca de 40 millones. Petersen hizo una genial labor de dirección, pese a abusar en exceso de los primeros planos, teniendo en cuenta el resultado final es muy de admirar cómo resolvió la papeleta.
“Enemigo Mío” apenas recaudó algo más de lo que costó realizarla, la crítica especializada la trató con indiferencia y además se las tuvo que ver con proyectos de la talla de Lady Halcón, Regreso al Futuro, Legend o Cocoon, estrenados todos ese mismo año y obteniendo la mayor parte de los beneficios de la taquilla.

No entraré mucho en el terreno de las curiosidades, porque hay mil, pero si que me gustaría comentar que la lengua Draca es en realidad ruso pronunciado fonéticamente del revés (como si el ruso “normal” fuera fácil, coño) y los paisajes volcánicos que componen la exquisita fotografía fueron rodados en el parque de Timanfaya, Lanzarote. Manda huevos que de pequeño me lo flipara tanto con aquel planeta deshabitado, perdido en el espacio, cuando estaba en realidad mucho más cerca de lo que pensaba.
Las interpretaciones de Quaid y Gossett Jr. son tremendas, en ellos dos recae casi todo el peso de la primera mitad de la película ya que son los únicos personajes que veremos en pantalla en un buen rato. He visto buena parte de la filmografía de Dennis Quaid y puedo asegurar sin temor a equivocarme que su momento de gloria lo obtiene aquí.
Pero sin duda, me quedo con el mensaje humanitario y los valores que transpira. El amor, la amistad y el respeto están más allá de razas y de especies, muy eficaz todo el film en su conjunto. Se que los FX son poco abundantes y han quedado algo desfasados, pero eso no la hace desmerecedora de la nota que voy a ponerle. Si tenéis hijos, hermanos, o sobrinos pequeños, es más que recomendable para que la veáis con ellos y la disfrutéis. A mí me marcó.
NOTA: 8,5/10

4 comentarios:

  1. Hola, me ha encantado esta entrada.

    Yo tengo una sección de cine ochentero, en breve le va a tocar el turno a esta genialidad.

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  2. Hola Yota! me encantaría que me pasaras el enlace a tu blog, ya que compartimos gustos. Pásate por aquí cuando quieras, estás en tu casa, un saludo!!

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  3. Muy bonito aquello que dices del respeto, amor y amistad entre las razas. ¡Gran crítica!

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  4. Gracias Félix!! todo un honor recibir esas palabras de un crack como tú!

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