DE CINE: LA COSA (EL ENIGMA DE OTRO MUNDO)

 Año: 1982
 País: USA
Duración: 109 min
Director: John Carpenter 
Ficha completa AQUÍ

                                        ARGUMENTO
En una estación experimental de la Antártida, un equipo de investigadores descubre a un ente extraño venido del espacio, que según todos los indicios ha permanecido enterrado en la nieve durante más de 100.000 años. Al descongelarse, experimenta una metamorfosis sorprendente...

                                        COMENTARIO
Hablar de La cosa es una de las tareas pendientes que tenía desde que abrí el blog hace un par de meses. Es otra de esas películas de las que se ha escrito mucho, cosa que no es de extrañar porque es un film único, inigualable e irrepetible.
En sí, La cosa es un remake de “El enigma... ¡de otro mundo!”, un film de 1950 dirigido por Christian Nyby y a su vez basado en un relato escrito por George W. Campbell que fue publicado en 1938 con el nombre de “Who goes there?” (¿Quién anda ahí?).

Cuenta la leyenda que en los albores de los 80 John Carpenter recibió dos guiones de películas, uno sobre un extraterrestre bueno y el otro sobre un extraterrestre malo, y terminó quedándose con el que no era tan simpático. Por si no lo habéis pillado, el marciano bueno en cuestión se trataba de ET, y aun a sabiendas de que a priori iba a ser todo un éxito Carpenter decidió filmar “La cosa” simplemente porque le hacía ilusión y llevaba mucho tiempo preparándolo. Eso son principios y honestidad, y lo demás es tontería.

Mediante una narración fantástica nos pondremos en la piel de un equipo de investigación situado en la Antártida, en una base perdida en mitad de la inmensidad de la nieve. Se filtrará entre ellos una especie de ser, capaz de imitar perfectamente formas de vida, apariencias y comportamientos; con intenciones de no dejar títere con cabeza.
Estamos ante una de las películas más claustrofóbicas, terroríficas y misteriosas que se hayan rodado jamás. Hay algo que viene de más allá, viene de otro mundo y hay que pelear contra ello, hay que sobrevivir.
La acción no decae en ningún momento, sino que aumenta en un poderoso crescendo como sube la espuma en una bañera, acompañado de unas magníficas actuaciones que ensalzan la sobriedad del guión. Nadie se fía de nadie, personajes que intentan tomar protagonismo y los que tratan de pasar desapercibidos, personajes seguros e inseguros... los que parecen buenos y los que parecen malos; todos los actores merecen un aplauso por dotar sus caracterizaciones de gran realismo.

También me parece que es una pasada la banda sonora a cargo por Ennio morricone, va de la mano con los escenarios maravillosamente escogidos para crear esa atmósfera y sensación de soledad, lejanía y abandono.
Pero si algo hay que destacar de esta cinta son los efectos especiales, ¡Qué jodida maravilla!. Todo puramente artesanal, animatronics y maquillaje creados por Rob Bottin que sin duda a día de hoy son una leyenda viva y todo un referente para el género.
La cosa supone la primera parte de la llamada “Trilogía del Apocalipsis” de John Carpenter, ideal para verla una noche tormentosa de invierno enroscado bajo una manta. CLÁSICO INDISPENSABLE.
NOTA 9,5/10