Año: 1995
País: USA
Duración: 87 min
Director: Mark Jones
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ARGUMENTO
Año
1400, en algún lugar de Europa, el gnomo Rumpelstilskin ha arrebatado
un bebé a su madre. Perseguido y acorralado, una bruja consigue encerrar
el alma del monstruo en una piedra y la arroja al fondo del océano. El
temible Rumpelstilskin vuelve a aparecer muchos años después, en la
época actual, en plena ciudad de Los Ángeles, donde Shelly acaba de
perder a su marido, un policía abatido a tiros en acto de servicio.
Shelly tiene por delante la dura tarea de sobreponerse al dolor y criar
sola a su hijo recién nacido. Un día compra en un anticuario una
extravagante piedra y, sin querer, Shelly será la encargada de invocar
de nuevo al horrible Rumpelstilskin y poner así en serio peligro la vida
de su hijo.
COMENTARIO
Ya
estoy otra vez aquí, de vuelta, para comentar otra de esas pelis que
nunca ganará un oscar ni ningún tipo de premio, pero que curiosamente
consiguen hacerse hueco en nuestra memoria y ser recordadas por mucho
tiempo.
Después
de dirigir la gran Leprechaun, peli de un duende cabrón que a mí
personalmente me encanta, Mark Jones decidió al cabo de un par de años
probar suerte con la misma fórmula y creó un ser con innumerables
paralelismos al enano irlandés interpretado por Warwick Davis. Así nació
“Rumpelstilskin”, apoyándose en uno de los cuentos de los hermanos
Grimm, concretamente en aquel titulado “el enano saltarín”. Si bien es
una película inferior en todos sus aspectos a Leprechaun, no puedo negar
que goza de cierto encanto; pese a que tenemos que entender que ésto es
comedia con tintes de terror y no un film de horror puro y duro.
Con
un inicio bastante prometedor, seremos transportados a la europa del
año 1.400 para presenciar cómo el duende-gnomo-loquecoñosea de nombre
Rumpelstilskin es apresado en plena huída mientras robaba un bebé. Una
bruja local, a modo de castigo lo convierte en piedra y lo lanza al mar,
encerrándolo en un hechizo del que sólo le podrá librar un deseo puro
bañado en lágrimas. Manda cojones, doña hechicera, ya lo podrías haber
convertido en piedra “pasiempre” y evitar que volviera a dar por saco,
pero claro, así no hay película...
Por
otro lado, en la ciudad norteamericana de Los Ángeles del año 1995, una
mujer embarazada pierde a su marido policía en pleno acto de servicio.
Posteriormente, da a luz y su mejor amiga decide un buen día que ya es
hora de dejar de deprimirse y se la lleva de tiendas, conduciéndola a un
anticuario bastante excéntrico que posee un negocio lleno de objetos
peculiares. Shelly, que así se llama nuestra protagonista, encuentra una
piedra muy llamativa que decide comprar y poner de adorno en un mueble
de su casa, sin saber que se lleva de regalo al jodido duende malrollero
dentro.
Shelly,
contemplando una foto de su tristemente finado marido y con la piedra
en la mano, formula el deseo de que le gustaría que el poli-cadáver
pudiera ver crecer a su hijo mientras deja caer una lágrima sobre la
roca.
Entonces
el pedazo de cabrón de “Rumpel” aparece en escena, adoptando la forma
de su marido y presentándose en casa como si tal cosa. Shelly flipa, no
se lo puede creer, su amor ha vuelto a la vida... y se lo folla. Qué
queréis que os diga, a mi me aparece un cadáver en mi casa como si nada y
lo último que hago es pensar en un encuentro sexual, más bien saldría
corriendo todo lo que diera de sí mi par de piernecitas.
A
la mañana siguiente del escarceo hace aparición el verdadero rostro de
Rumpelstilskin, mostrándose tal y como es, con la firme intención de
arrebatarle al crío a cambio de la concesión del deseo de la noche
anterior. En éste punto es donde comienza un tira y afloja madre versus
gnomo del infierno y se inicia una persecución al más puro estilo
Terminator, donde Shelly se tendrá que apañar como pueda para mantener a
su amado hijito alejado de las garras de semejante bicho.
La
peli comienza bien, envuelta en un halo puramente ochentero que se va
desinflando y poco a poco va perdiendo, aunque la verdad no creo que sea
tan tan mala como se comenta por ahí. Con Rumpelstilskin nos echaremos
más de una risa, sus frases y paridas a mí me descojonan, su habilidad
para conducir camiones y harleys (vehículos a los que denomina “corceles
de hierro”) también es digna de mención. Es algo así como el hijo
bastardo de Freddy y el Duende Verde de Spiderman.
En
mi opinión, si no te la tomas muy en serio y dejas de lado las
deficiencias en el pulso narrativo, te sacará más de una carcajada.
NOTA: 6/10
Yo la vi en su día, cuando salió en VHS. A mi me pareció que pretendía aprovechar el éxito de la saga Leprechaun (comparten director y todo si no me equivoco ¿verdad?) y que llegó tarde. En 1995 este tipo de producciones empezaban a estar "anticuadas".
ResponderEliminarAún así..........
Sí, en efecto es el mismo director, intentando probar de nuevo la misma fórmula pero no le salió igual. Coincido contigo, la peli vino unos años tarde...
ResponderEliminarPues yo la ví, y creo que no llegué ni a la mitad, me pareció una pelicula bastante idiota y ridicula.
ResponderEliminarJM
Es cutrona,JM,para qué negarlo... gracias por comentar!
ResponderEliminaryo la vi de chiquita y coño me traume horrible DX
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