sábado, 2 de marzo de 2013

DE CINE: YO, EL HALCÓN (OVER THE TOP, 1986)

Año: 1986
País: USA
Duración: 93 min
Director: Menahem Golan

Ficha completa AQUÍ

ARGUMENTO
Lincoln Hawk es un camionero que lo único que desea es estar con su hijo. Cuando lo abandonó doce años antes, el niño pasó a estar bajo la custodia de su madre. Ahora debe participar en luchas para recuperar el amor de su hijo, que está en una academia militar.

COMENTARIO
Ya era hora, queridos lectores de éste mi particular rinconcito, que comentaramos alguna peli que se saliera del terror o lo fantástico. Antes de que me lo flipara, siendo un chavalín, con el gore y los zombies, era un consumidor voraz de cine de acción; desde lo más currado hasta las producciones de cuatro duros que colmaban las estanterías de los videoclubs. Y si de acción macarra y de saldo hablamos, dudo mucho que haya algo más representativo que la Cannon Films, productora que en la década de los 80 tuvo su máximo apogeo convirtiendo en éxitos películas hechas con poquísima pasta. Delta force, desaparecido en combate e incluso Contacto sangriento fuero títulos de la Cannon con los que servidor disfrutaba - y disfruta - como un cerdo en un charco; no obstante la productora de Menahem Golan y su primo convirtió en estrellas de los tiros y explosiones a Charles Bronson, Chuck Norris, musculitos Van Damme y colaboró con Silvestre Hasta los Talones. La peli de la que os voy a hablar se llama “Yo, el halcón” (aunque originalmente se titulaba “Over the top”... sin comentarios) y es una colaboración de Stallone con la Cannon que no terminó de funcionar del todo.

Fue estrenada el 13 de febrero de 1987, dirigida por Menahem Golan, contó con un presupuesto aproximado de 15 millones de dólares y recaudó en los cines de USA alrededor de los 16, como veréis, lo justito para cubrir costes de producción. Pese a que en el mercado del alquiler doméstico le fuera muy bien, fue una cinta totalmente vapuleada por la crítica especializada, llegando a cosechar toda una barbaridad de “Razzies” (los premios concedidos a las peores películas) y con el tiempo, hasta Stallone se arrepintió de haberla hecho.
En propias palabras del protagonista, Sylvester opinó: "No fue una buena experiencia. Fue algo que no debí haber hecho. Me tomó en un momento de debilidad. Había mucho dinero de por medio. En ese entonces yo creía que podía hacer cualquier cosa funcionar. Fue una tontería."
En ésta peli, Sly se sale del estereotipo tan característico de sus películas de peleas y violencia americana y fascista para ofrecernos una historia ñoña, con unos amagos de patética ternura que no casan nada con lo que se podría esperar de él.
Stallone interpreta a Lincoln Hawk, un camionero que ahora intenta recuperar la relación con un hijo al que abandonó cuando nació. La madre del chico está a punto de morir, y tiene la gran idea de que Hawk recoja a su hijo de la escuela militar en la que se encuentra para hacer un viaje y así conocerse mejor.
Entre medias está el abuelo materno del chaval, que intentará que éste no tenga relación con su reencontrado padre y que a todas luces parece el responsable de que Hawk se diera el piro unos años atrás.
El yayo hijo de puta está interpretado por el que posiblemente sea el mejor actor de todo el film, Robert Loggia (Scarface, Big, Independence Day), secundario de lujo y villano en numerosas películas de la época.
Pues bueno, tenemos por un lado un crío repelente en un grado inimaginable, posiblemente el niñato más repulsivo que se haya visto nunca en una película, que a los pocos minutos de estar con su padre y pese a haber sido educado para estar en su contra, empieza a mostrarse receptivo y amistoso con un Stallone que aunque es un tío duro, es muy cariñoso y comprensivo.
No podemos obviar que Sylvester interpreta el papel de un camionero que tiene como afición ir por todos los bares de carretera que encuentra echando pulsos con el personal, y acaba consiguiendo entrar en el campeonato mundial de pulsos que se celebra en Las Vegas, y como premio hay un pedazo de camión último modelo y cien mil dólares en metálico. Hawk necesita a toda costa el camión y el dinero para rehacer su vida con su reconquistado vástago, y no dudará en dejarse el brazo en las mesas del campeonato para conseguirlo.
Olvidando la simplicidad argumental, tenemos una road movie con un tercio final en el que se hay bastante acción, donde la superación personal es la parte más importante del concepto narrativo. A día de hoy, si llegara un guionista con una idea así, dudo mucho que lo llevaran a cabo, pero los 80 fueron la época del “todo vale” y eso se demuestra con creces en ésta cinta.
Destacable los vestuarios y peinados de aquel tiempo, amén de una banda sonora llena de hits de AOR pegajoso y mariquita que harán las delicias de los amantes de la década.
En su día, “Yo, el Halcón” fue un film que gozó de popularidad pese a su baja calidad visual, aunque en pleno 2013 hay escenas que pueden llegar a dar un poco de penita. Y si os digo la verdad, a mis veintisiete años me sigue gustando igual que cuando era un mocoso; Stallone camionero y retando a pulsos a la peña por ahí... no os lo perdáis.

NOTA: 6/10

2 comentarios:

  1. De esta peli me molaba cuando el Stallone se daba la vuelta a la gorra... comparándolo con el motor de un camión.

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  2. Jajajaja sí, totalmente, ese giro de la gorra cuando iba a echar un pulso... ains, se nos hace viejo nuestro Sly

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