lunes, 11 de febrero de 2013

DE CINE: EL REGALO DEL DIABLO (THE DEVIL'S GIFT, 1984)

Año: 1984
País:USA
Duración: 90 min
Director: Kenneth J. Berton

Ficha completa AQUÍ

ARGUMENTO
Un niño recibe como regalo un aparentemente inofensivo mono de peluche. Lo que nadie sabe, es que ese muñeco alberga una maldición. Cada vez queda menos para que el muchacho y su família vayan cayendo. Si los platillos suenan, ¡despídete!

COMENTARIO
Saludos, queridos lectores!! Jo, queda bonito ¿eh? sobre todo porque no me sigue mucha gente, aunque básicamente me da lo mismo. Hay peña que me comenta en mails la cuestión de que cómo es posible que mi blog tenga poquitas visitas cuando me curro las reviews, actualizo a menudo... pues familia, la verdad es que ni lo sé, ni me importa. Decidí crear www.biblio-phagus.blogspot.com hace poco más de tres meses, con la única pretensión de comentar mis otras dos pasiones después de la  música: el cine y la lectura.
No esperaba, ni espero, un ingente volumen de tráfico y de personal comiéndome el culo alabando mis conocimientos cinéfilos. De hecho, he dicho más de una vez que si buscáis un espacio de alguien que sepa de cine, sin duda estáis en el sitio equivocado; sólo soy uno de tantos que se ha tragado montones de películas raras, desconocidas y poco comerciales. Y tampoco me considero un pedazo de escritor cool de la muerte, soy consciente de mis carencias y límites.
Calma, calma... ¿Que a qué viene esto? a nada especial, realmente. Simplemente me apetecía contar que estoy aquí para quedarme, me lea uno o me lean cien mil, porque la verdadera finalidad de escribir todo esto es, sobre todo, la satisfacción personal.
Venía hoy de Zaragoza, después de visitar a mi adorada hermana y pasar allí un fin de semana súper casero y con un frío de pelotas... aunque lo peor ha sido el viento. El Cierzo, lo llaman. Yo lo llamaría Puta Mierda, mira que me encantan los climas adversos, pero ir por la calle sintiéndome como una cometa humana desde luego es demasiado para mí.
Según la historia, los romanos montaron un asentamiento militar a las orillas del río Ebro, y un tiempo más tarde se dieron cuenta de que allí era imposible vivir. Doy fé, me apasiona la ciudad y me encanta su gente, pero al viento le pueden dar mucho por el culo. Ya volveré en verano.
Siempre he tenido la costumbre cuando viajo de llevar películas encima, no sé si sonará demasiado freak, pero aprovecho cualquier rato o espacio en blanco para ponerme a ver algo. Eso implica, como mínimo, andar con el portátil a cuestas en trenes o autobuses, aunque lo considero un precio barato a pagar. Mientras el resto de pasajeros se aburren y retuercen, incómodos, me encanta reclinar mi asiento hacia atrás, ponerme los auriculares y abstraerme de todo con un buen (o mal, o cutre) film. Son tres horas y media hasta Barcelona, así que he podido tragarme dos películas de principio a fin mientras la nenita pija que tenía al lado en el bus lanzaba miradas intermitentes de espanto: al ordenador, a mí, al ordenador, a mí... por lo menos en esta ocasión he sido extremadamente benevolente para lo que acostumbro, recuerdo un viaje en el AVE hasta Ciudad Real viendo Saló o los 120 días de Sodoma con el tren petado mientras una octogenaria se santiguaba, horrorizada, en el asiento contiguo al mío y pedía a todo revisor que pillaba que por favor, la cambiaran de sitio. Ya os lo contaré, que la cosa tuvo su gracia.
La peli de la que vamos a hablar hoy es una rareza de los ochenta que por un motivo u otro nunca llegué a ver, son demasiadas las cosas que tengo pendientes y por desgracia no dispongo de tiempo como para disfrutar de todo el cine que me gustaría. Se trata de The Devil’s Gift o El regalo del diablo, como la llamaron aquí, propuesta que pasó sin pena ni gloria a mediados de los ‘80 y que ya tenía ganas de visualizar y comentar.
Hasta que apareció Chucky con su cuchillo y sus “me gusta que me abracen”, la temática de muñecos hijoputescos no terminó de ser aceptada como subgénero dentro del cine de terror; aunque antes del títere pelirrojo ya se habían hecho incursiones en estos terrenos, con más pena que gloria. En el regalo del diablo se nos cuenta la historia de un muñeco poseído por un demonio, que puteará sin compasión a los miembros de una familia común y corriente. Pero, esperad... ¿qué tal si comenzamos desde el principio?
El inicio de la cinta es tan extraño como risible: una espiritista entrada en años jugando a la ouija en soledad. La señora, que a todas luces le patina el embrague, contacta con un ente del más allá de nombre Augusta (En españa hubiera sido Agustín, ¿os imagináis? “Aquí el espíritu Agustín, me se recibe??”) que se manifiesta poseyendo a unos muñecos, primero, y prendiendo fuego al chiringuito, después. Vamos, que la médium y su tablero quedan sepultados entre los escombros llameantes de una vieja mansión de estilo colonial por jugar con aquello que no debía.
Un tiempo después, no se precisa exactamente cuánto, nos vamos de cabeza a un hogar aparentemente normal de aquella época y país. El padre que vive con su hijo pequeño, que es un encantito con patas,  y tiene una novia que trata al crío como si fuera suyo. Una estampa adorable.
Para el cumpleaños del pequeño Michael, la novia del querido papá encuentra en un anticuario el regalo “perfecto”: se trata de un muñeco, un mono “mu feo” con ojos de haberse metido el sueldo de tres meses en cocaína y unos platillos atados a las manos. El típico cachivache para dar por el culo, vaya, y que la gente se ponga de los nervios. Todos hemos tenido algún juguete parecido, aunque este en concreto yo no lo regalaría a nadie y menos a un niño pequeño.
El mono en cuestión es uno de los muñecos poseídos por el espíritu de la tal Augusta y que se libró del incendio no se sabe muy bien cómo, pero que hace gala de una mala hostia propia de un mosso d’esquadra durante una manifestación en contra de los desahucios. Michael está super contento con su regalo nuevo, no para de jugar con él y de llevarlo a todas partes, aunque su padre enseguida se cosca de que aquello no es normal.
Primero, las plantas que decoran el hogar aparecen secas y ennegrecidas sin motivo aparente y después, las mascotas de la casa aparecen muertas en extrañas circunstancias. Nuestro padre soltero primero visita a una psicóloga, que en vista de los hechos, lo pone en contacto con una especialista en el tema y ésta llega a la conclusión de que es obra de un objeto endemoniado. Atando cabos, la suposición de que el mono de juguete es el responsable de todo se va haciendo cada vez más fuerte hasta que por fin se torna en una certeza.
Y al fin, toda la familia se las verá y se las deseará para poder deshacerse del puto muñequito, al que se le encienden los ojos como dos carbones y entrechoca los platillos cuando está a punto de hacer una de las suyas.
Antes de que salgáis corriendo a buscarla, dejadme que os hable de algunos aspectos más. El argumento, pese a no ser nada del otro jueves, cumple y a priori puede parecer entretenido, peeeeeeero hay un problema... el ritmo. Lenta y pesada por momentos, demasiados planos que no dicen nada y diálogos muy estirados y sin sentido; son cosas que la hacen tan “indigesta” como comerle el coño a la Duquesa de Alba. Puedo tolerar las actuaciones cutres, puedo obviar el escaso presupuesto o los deficientes efectos especiales, pero la falta de acción me mata.
Una buena idea que quedó en agua de borrajas por un mal montaje y dirección, y que para mí no es ni de lejos el clásico que se comenta por ahí. No es una de esas películas que pida un revisionado, de hecho dudo mucho que alguna vez la vuelva a ver; mi opinión tal vez sería otra si quizás me hubiera encontrado con ella haciendo zapping alguna noche cuando era un mocoso impresionable, pero casi treinta años después es casi mejor dejarla donde está, en el pseudo anonimato.
Sólo para fans de la época con pocas pretensiones, mucho tiempo libre y una paciencia a prueba de bombas.

NOTA: 4/10

PD
. No confundir con “The attic”, película de la misma época y cuya portada es un mono de juguete exactamente igual al de "El regalo del diablo”

5 comentarios:

  1. Pues esta no la he visto.Ni siquiera sabía que existía,pero tal y como la pones,me parece que la dejaré por imposible jejje.¡¡un saludo!!

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  2. jajaja pues yo de tí, no lo intentaría... desde luego me esperaba otra cosa, había oido que era una joyita y tal y cual... y nada de nada tronco. Gracias por pasarte!!

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  3. y como hacemos para verla :S

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  4. Hola!! trata de buscarla por ahí en torrent, o en el emule que ahí está fijo. Un saludo!!!

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