Año: 1991
País: USA
Duración: 95 min
Director: Jeffrey Obrow
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ARGUMENTO
Los
miembros de una extraña secta, conocida como "La Iglesia del
Crepúsculo", amenazan con asesinar a un niño de diez años, porque están
convencidos de que se trata del anticristo.
COMENTARIO
Otra
peli más para el recuerdo y una nueva review para la colección. En este
caso le ha tocado el turno a “Los servidores del crepúsculo”, basada en
la novela “Twilight” del escritor americano Dean Koontz; y para los
que estéis frunciendo el ceño con extrañeza, os diré que no tiene nada
que ver con la mierda de vampiros adolescentes que lleva rondando los
cines de unos años a esta parte.
Por
si a estas alturas no hay nadie que conozca al gran Koontz, os diré que
a mí sin duda me parece uno de los mejores escritores de terror de los
últimos años, nada tiene que envidiar a Stephen King, por ejemplo. Sus
libros son originales, retorcidos y estremecedores, he podido disfrutar
de casi todo su extenso catálogo y me he sentido decepcionado en
contadas ocasiones.
Y pese a haber ganado un premio Bram Stoker, haber
vendido más de 50 millones de ejemplares en todo el mundo y dedicarse
exclusivamente a escribir desde 1969, en la piel de toro es todo un
desconocido para el gran público.
Esto
último no se muy bien si es por la poca afición por la lectura del
español medio (cosa muy posible, por cierto) o por simple casualidad,
pero vaya, que me intriga que un escritor de tal calidad permanezca
oculto y que sin embargo haya todo un mercado sobresaturado de vampiros
mariquitas y oligofrénicos llenando las estanterías de colegialas
desdichadas. Pero vaya, que como siempre, me pongo a hablar de un tema y
me voy por las ramas, al grano...
La
cuestión es que el bueno de Dean Koontz tiene MUY MALA SUERTE con las
adaptaciones de sus novelas al cine, esto es así, no porque lo diga yo.
Salvo con “Phantoms” de 1998, que es la única que creo que puede
escaparse, todo lo demás es en general regular tirando a malo.
Los servidores del crepúsculo tampoco fue un film que gozara de una buena transición del papel a las imágenes en movimiento.
Dirigida
por Jeffrey Obrow, quien en 1987 pariera aquella sorprendente y
resultona “Trans-Gen, los genes de la muerte”, pasó sin pena ni gloria
entre todo el aluvión de telefilms que poblaban las noches de cadenas
como Tele 5 o Antena 3. Siendo un gran fan de “Trans-Gen”, es muy
doloroso ver el tratamiento que ha hecho con una de las mejores novelas
de Dean Koontz; suceso que demuestra una vez más que aunque haya un
equipo de calidad el resultado no tiene porqué ser necesariamente un
éxito. En manos de otro director que hubiera explotado más las virtudes
del libro, sobre todo el surrealismo que impregna las páginas,
podríamos estar hablando de un pequeño clásico e incluso un film de
culto.
Argumentalmente,
la película nos habla de una secta religiosa ultra fanática, liderada
por una señora llamada Grace. La señora es la cabeza pensante
indiscutible de la particular iglesia, y se le ha metido en la cabeza
que el anticristo ha nacido y se encuentra entre nosotros.
Grace
y todo su séquito comenzarán su particular cruzada contra el maligno,
poniendo todo su empeño y esfuerzo en acabar con él a cualquier precio.
En contrapartida, el supuesto anticristo es tan sólo un indefenso niño
de seis años, que únicamente cuenta con la defensa de su soltera madre y
un detective privado que se encariña con él.
Y
a partir de aquí os podéis imaginar, persecuciones, traiciones, cosas
que no son lo que parecen... y la verdad, al ser una película más
tirando a telefilm se desmarca del gore, la angustia y la confusión que
me esperaba de ella. El resultado final queda carente de suspense y
violencia, se hace previsible y en definitiva, todo muy descafeinado.
No
entraremos en cuestiones técnicas porque no creo que sea necesario, con
lo comentado ya os podéis hacer una idea de lo que hay... sólo para ver
cuando estéis aburridos y no tengáis mejor material a mano.
NOTA 4/10
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