miércoles, 5 de diciembre de 2012
DE CINE: PERMANEZCA EN SINTONÍA
Año: 1992
País: USA
Duración: 98 min
Director: Peter Hyams
Ficha completa AQUÍ
ARGUMENTO
Roy Knable (John Ritter) se pasa el día delante del televisor a pesar de las quejas de Helen
(Pam Dawber), su mujer. Un día Roy recibe la extraña visita de Spike (Jeffrey Jones), un
hombre que establece un pacto con él: le entrega lo último en antenas parabólicas de TV por
satélite; pero, a cambio, Roy le vende su alma al diablo. El resultado es que Roy y Helen se
encuentran de repente atrapados dentro del televisor, y serán sus hijos Darryl (David Tom) y
Diane (Heather McComb) los que tendrán que rescatarlos.
COMENTARIO
Roy y Helen son una pareja común y corriente, matrimonio que representa esa especie de
consigna del modelo familiar americano: papá, mamá, los dos amadísimos hijos, una casa
fabulosa con el césped color verde radiactivo, un vecino capullo y… la televisión.
Roy compagina su trabajo de vendedor ambulante con su total dependencia de la caja tonta,
pasando en ocasiones jornadas de ocho o diez horas frente al aparato; hecho que pone de los
nervios a su querida esposa.
Una noche al regresar a casa, Helen encuentra con que su maridito ha adquirido, en calidad de
probador, todo un despliegue de tecnología: un pedazo de televisor de tropecientas pulgadas,
con sonido dolby-tecnopower- hadouken-tosmuertos, que se complementa con una parabólica
tamaño paellera de récord Guiness instalada en el jardín. Pero lo que nuestro querido Roy
no sabe es que al aceptarla, ha firmado un contrato nada más y nada menos que con el
mismísimo diablo.
A partir de aquí, los dos son engullidos por la antena y transportados a una suerte de mundo
paralelo, que en realidad es el infierno, donde irán rotando de canal en canal como si
estuvieran dentro de un aparato de televisión. Aterrizan en el típico show “el precio injusto”,
pasan por un combate de lucha libre y se convertirán en dibujos animados en una hábil
parodia a los clásicos Tom y Jerry. No faltarán sátiras, como cuando aparece un programa
llamado “Duane’s underworld” o cuando se ven envueltos en la Francia de la época de la
guillotina. El oeste y una especie de “Star Trek” también tienen su pedacito de tiempo en el
metraje, junto con “atropellando a Miss Daisy”, título que ha hecho que me doble por la mitad.
Pues… yo… me esperaba mucho más del poco llorado John Ritter. Siempre me ha parecido
un grandísimo actor de comedia, pero encarnando a Roy la verdad es que solo ha conseguido
sacarme media sonrisa en contadas ocasiones.
En líneas generales, el film es tremendamente cínico y cáustico con el modo de vida yankee y
el sedentarismo de una población frente a un televisor que les hipnotiza con su programación
de estercolero. Programación de mierda, si, de acuerdo, pero así y todo me parece una
bendición comparado con lo que tenemos en la televisión en España a día de hoy, claro que
algo así daría más para un drama que para una peli en tono de humor.
Si dejamos a un lado la crítica, el sarcasmo y las (muchas) moralejas ocultas nos queda un
producto que no termina de funcionar. Como comedia, a mi no me hace reír en absoluto, o es
que quizás el paso de los años ha hecho mella y ha quedado demasiado desfasada.
“Permanezca en sintonía” es muy prescindible, hay mejores cosas en las que invertir una hora
y media.
NOTA: 4/10
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