jueves, 6 de diciembre de 2012

DE CINE: "ZOMBIES PALETOS"



Año: 1987
País: USA
Duración: 90 min
Director: Pericles Lewnes

Ficha completa AQUÍ

                                   ARGUMENTO
En un bosque de Maryland aparece un bidón con residuos radioactivos. Un grupo de campesinos algo paletos destilan su contenido y lo reparten entre sus vecinos. La población no tardará en sufrir mutaciones convirtiéndose en seres hambrientos de carne humana. Unos alegres excursionistas que pasan unos días en el bosque serán el principal objetivo de los zombis.



                                   COMENTARIO
Pongámonos cómodos, porque lo de hoy es artillería pesada para estómagos curtidos y público con dos pelotas que no se asuste ante las bizarradas del celuloide. Al ver material como “Zombies Paletos” hay que hacer una serie de reflexiones: que ésto es Troma, que no actúa DeNiro, no dirige Kubrick y los FX no son de Tom Savini; por tanto tendremos que establecer un baremo de crítica distinto al habitual para poder llegar a disfrutar un despropósito fílmico de estas características.De la mano de Pericles Lewnes nos vamos al sur profundo de EEUU, donde un militar que conduce un todoterreno sufre un pequeño accidente, causado por intentar pasarle un canuto a un perro ataviado con unas gafas de sol. Con la violencia del impacto, se desprende del vehículo un barril de residuos nucleares (tan habituales en las producciones tromáticas) que va a parar a las manos de una familia de paletos endógamos.
                                    
Esta peculiar conjunción de rednecks tiene la absolutamente fabulosa idea de usar el barril a modo de alambique para destilar su propio alcohol y distribuírlo entre los habitantes de la localidad, que por lo que parece ser son capaces de emborracharse con cualquier mierda sin siquiera preguntar por su procedencia. Pero este alcohol cuenta con una pequeña particularidad, al haber sido fermentado entre desperdicios radiactivos tiene la capacidad de convertir en zombie a todo el que lo consume, y de ahí a que estalle el caos hay un paso muy pequeño.
Como veis, el argumento (si es que existe como tal, cosa que no tengo muy clara) no es nada nuevo bajo el sol, la primera media hora peca de ser un tanto lenta pero el sopor merece la pena por las escenas gore ultra repulsivas que aparecen en la segunda mitad del metraje.


 La dirección es de una calidad más que cuestionable, con planos larguísimos llenos de chistes nefastos para rellenar minutos, escenas en las que se puede contemplar un micro de ambiente durante un buen rato e incluso tramos de ataque zombie a cámara rápida (!!!). La fotografía mejor ni mencionarla, no creo que se pueda coger por ninguna parte.
De las actuaciones... pues como comentaba antes, no son de Oscar precisamente; pero en
ocasiones es una ventaja porque de lo malas que son pueden buscar la risa floja,  al fin y al cabo sabemos de sobra que no vamos a encontrar licenciados en arte dramático en un film con el sello de TROMA.

Lo que salva todo este compendio de absurdeces de ser un pestiño infumable y a su vez compensa sus carencias es, como comentaba anteriormente, el gore de casquería pura y dura. Sangre a borbotones, intestinos, desmembramientos y todo tipo de salvajadas y bestialidades que harán las delicias de todo buen gorefílico y asquearán a los más aprehensivos.
No hay mucho más que decir, con películas así no existen medias tintas, o las amas o las odias, pero quizá merezca la pena sacarla del olvido y recordar que hubo una época donde hacer el ridículo no sólo no importaba, sino que era un orgullo.

 NOTA 6/10

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario